Una sonrisa cada mañana al despertar es el mejor símbolo de ternura, es la mejor manera de descubrir que podemos ser felices a pesar de la hostilidad del mundo real. Es difícil mantener esa sonrisa en la soledad de las noches, también es difícil en las compañías pasajeras o desconocidas. Encontrar el rumbo, saber cuales son las calles que debemos tomar, cuales son las flores que debemos cortar y aquellos besos que debemos cultivar es el secreto de la vida, no siempre es igual para todos, pero esta ahí, para ser tomado, para aprender a conseguir lo que necesitamos. Debemos abrir los ojos, descubrir el mundo que nos rodea, conocer a las personas por su corazón, por sus ideas, escuchar más que hablar, pensar más que opinar, aprender a ceder para obtener, porque no se obtiene lo que no se logra, lo que no se cultiva y aún donde se esté en compañía hay que ser uno mismo y mantener viva la ternura, qué importa quién de el beso o el abrazo, lo importante es que al darlo o al recibirlo está fortaleciéndose la ternura y por lo general si recibimos: damos....

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